Las micorrizas son una herramienta poderosa en la agricultura sostenible, ayudando a las
plantas a absorber más agua y nutrientes, y a tolerar mejor diferentes tipos de estrés
ambiental. Sin embargo, la efectividad de las micorrizas puede variar según el tipo de cultivo y el tipo específico de micorriza. Este artículo explora qué son las micorrizas, los tipos que existen, y en qué cultivos son más beneficiosas, así como aquellos en los que pueden no ser adecuadas.
¿Qué son las Micorrizas?
Las micorrizas son asociaciones simbióticas mutualistas entre hongos y las raíces de las
plantas. En esta relación, los hongos colonizan las raíces y ayudan a la planta a absorber
nutrientes del suelo, principalmente fósforo, mientras que la planta proporciona al hongo
carbohidratos y otros compuestos orgánicos que produce en la fotosínstesis.
Tipos de Micorrizas
Existen principalmente dos tipos de micorrizas:
- Ectomicorrizas (ECM): forman una red externa alrededor de las raíces y penetran en el
espacio entre las células radiculares, pero no dentro de ellas. Son comunes en árboles
y arbustos de zonas forestales. - Endomicorrizas (Micorrizas Arbusculares, MA): penetran dentro de las células radiculares, formando estructuras llamadas arbúsculos y vesículas. Son las micorrizas más comunes y se encuentran en más del 90% de especies vegetales.
Micorrizas y Tipos de Cultivos
Cultivos que se benefician de las Endomicorrizas (Micorrizas Arbusculares)
Las micorrizas arbusculares son adecuadas para la mayoría de los cultivos agrícolas,
incluyendo:
● Cereales: maíz, trigo, arroz, cebada, avena.
● Leguminosas: garbanzos, alfalfa, soja, lentejas.
● Hortalizas: solanáceas (tomate, pimiento), cucurbitáceas (sandía, calabacín),
alguna hortaliza de hoja (lechugas principalmente), aliácieas (ajo, cebolla).
● Frutales: De hueso (melocotonero, cerezos), de pepita (peral, manzano),
cítricos (limonero, naranjo), secos (almendro, pistacho)
● Tubérculos: patatas, batatas.
● Tropicales: mango, aguacate, piña,
● Hierbas, y Especias y Oleaginosas: Albahaca, menta, girasol, lavanda y aromáticas.
Estas plantas suelen mostrar una mejora significativa en la absorción de fósforo y otros
nutrientes, así como una mayor resistencia a enfermedades y estrés hídrico cuando están
asociadas con micorrizas arbusculares.
Cultivos que Benefician de las Ectomicorrizas
Las ectomicorrizas son más específicas y se encuentran principalmente en árboles de zonas forestales, como:
● Coníferas: pinos, abetos, píceas.
● Árboles de Bosques Templados: robles, encinas, hayas, abedules.
● Frutales de Clima Templado: nogales, castaños.
Estas plantas se benefician de la relación ectomicorrízica mediante una mayor absorción de
nutrientes y resistencia a condiciones de estrés ambiental.
Cultivos que No Se Benefician de las Micorrizas
Algunas plantas no forman asociaciones micorrícicas o no muestran beneficios significativos.
Ejemplos incluyen:
● Plantas No Micorrícicas: Algunas familias de plantas, como las Brassicaceae (brócoli,
coliflor, mostaza), Apiaceae (apio, cilantro) y las Chenopodiaceae (remolacha,
espinaca), generalmente no forman micorrizas. Estas plantas han desarrollado otras
estrategias para absorber nutrientes sin la ayuda de micorrizas.
● Cultivos en Suelos Altamente Fértiles: En suelos que ya tienen una alta
disponibilidad de nutrientes, especialmente con niveles muy elevados fósforo, el
beneficio de las micorrizas puede ser mínimo. En estos casos, las plantas pueden no
depender tanto de las micorrizas para su nutrición.
Conclusión
Las micorrizas son una herramienta valiosa en la agricultura, mejorando la absorción de
nutrientes y la resistencia al estrés en una amplia variedad de cultivos. Sin embargo, su
efectividad varía según el tipo de micorriza y el cultivo específico. Las micorrizas arbusculares son adecuadas para la mayoría de los cultivos agrícolas, mientras que las ectomicorrizas
benefician principalmente a árboles de bosques templados. Algunas plantas, especialmente aquellas de las familias Brassicaceae (también llamadas crucíferas), Apiaceae y Chenopodiaceae, no forman asociaciones micorrícicas y no se benefician de ellas. Entender estas diferencias es crucial para optimizar el uso de micorrizas en la agricultura y maximizar sus beneficios.