Bioera es una empresa que utiliza los últimos avances científicos en procesos y metodologías biotecnológicas aplicables a la agricultura. Proyecta en laboratorio soluciones a problemas reales en el campo y desarrolla programas microbianos innovadores mediante la formulación de productos a base de microorganismos beneficiosos para las plantas.
En el caso del olivar, Bioera ha empleado dos años de trabajos en campo para desarrollar un programa microbiano muy específico y de alta efectividad. El estudio, según explican desde la empresa, se inició “tras la observación en los olivares de una creciente incidencia de verticilosis que no descartaba la posibilidad de otras enfermedades producidas por un grupo de hongos patógenos de suelo de sintomatología parecida. Estas enfermedades presentan síntomas progresivos y rápidos, comenzando por un decaimiento que, con frecuencia, desemboca en la muerte de los árboles”.
Los principales hongos fitopatógenos encontrados en los suelos con árboles afectados son Verticillium, Pythium, Phytophtora y Fusarium, detallan. “En muchas ocasiones el diagnóstico se hace difícil tanto por la similitud en la sintomatología provocada por estos hongos como por los falsos negativos arrojados por las analíticas que pueden enmascarar la presencia de los mismos. A esta dificultad en el diagnóstico se une la falta de medidas eficaces de control en los sistemas de cultivo propios del olivar, tanto en el manejo convencional como en el de producción integrada y en el ecológico, donde las limitaciones aun son mayores y también su propagación”, subrayan desde Bioera.
Con todo esto, aseguran que en la denominada ‘Seca del olivo’ “suele darse la participación agrupada de más de uno de estos patógenos, principalmente en una determinada época de afectación (primavera y otoño), en zonas de encharcamiento y en variedades más susceptibles”. En cualquier caso, añaden, “la afectación se manifiesta en los árboles presentando una evidente falta de vigor y seca de ramas que conducen a un decaimiento progresivo que suele acabar en la muerte de la planta”.
Atendiendo a los diversos orígenes del problema y a sus consecuencias, Bioera desarrolló su Programa de Vigorización y Activación de la Resistencia Sistémica Inducida (PVAR), “una estrategia microbiana estimulante de la vigorización y de la respuesta defensiva de los árboles”. La empresa biotecnológica puntualiza que su PVAR se basa en “aplicaciones de un cóctel combinado de bacterias PGP del género Bacillus con acción protectora frente a hongos patógenos de suelo (Verticillium, Pythium, Phytophtora y Fusarium) y con actividad vigorizante por la promoción de fitohormonas naturales. Cada aplicación se acompaña de una fuente de carbono estimulante y activadora de las bacterias beneficiosas; y los momentos óptimos de aplicación son en brotación, floración y endurecimiento”.
Añaden además que la finalidad de este Programa es crear un “ambiente desfavorable para la infestación promoviendo la estimulación del crecimiento de las plantas y la activación de la Resistencia Sistémica Inducida (ISR). El cóctel de Bacillus tiene acción protectora frente al avance y crecimiento de los hongos patógenos, acción de competencia por el hierro disponible, acción promotora del crecimiento de las raíces por la producción de sideróforos y auxinas; y acción de estimulación de las defensas naturales del árbol por la producción de metabolitos secundarios, surfactinas, flagelinas y 2,3-butanodiol”.
Con la aplicación del Programa PVAR, recalcan desde Bioera “se ha logrado corregir los efectos depresivos provocados por los patógenos, el decaimiento de los árboles y la reducción de la mortandad progresiva y todo ésto con productos microbianos, exentos de residuos pesticidas y aptos para todo tipo de agricultura”.
Para concluir, desde Bioera resaltan que los resultados obtenidos “no sólo lograron constatar su eficacia si no que, durante dos años consecutivos, se observaron efectos adicionales de incremento del rendimiento graso de la aceituna en los árboles tratados (del 2,5 al 9,1% respecto a los árboles no tratados)”.