FAQS

Son un tipo de asociación que se establece entre ciertos hongos del suelo y las raíces de la mayoría de las plantas cultivadas. Es una relación simbiótica mutualista, ya que tanto los hongos como las plantas que los hospedan se benefician.

¿Qué plantas forman micorriza?
Dependiendo del tipo de hongo y de la planta hospedadora, así será el tipo de micorriza que se forme. El nombre que recibe cada tipo de asociación, en la mayoría de los casos, está definido por la característica que le hace peculiar.

La mayoría de las plantas hortícolas, ornamentales y frutícolas forman endomicorrizas (el hongo se establece en el interior de la raíz). Otras, como gran parte de las plantas forestales (abedules abetos, álamos, avellanos, castaños, chopos, encinas, hayas, pinos, roble, entre otras), forman ectomicorriza. Algunas especies ornamentales y frutales como azalea, clavel, camelia, brezo, rododendro y arándano forman micorrizas ericoides. Además de éstas, existen otros tipos de asociaciones micorrícicas de menor importancia en agricultura y paisajismo.

Una de las excepciones más significativas la constituyen plantas que no son capaces de asociarse a ningún hongo micorrícico, entre las que destacan especies hortícolas como col, brócoli, coliflor, espinaca, rábano, nabo y mostaza.

¿Por qué son importantes para las plantas y el suelo?
Entre los efectos más importantes de las micorrizas  destacan:

  • Mejorar la estructura del suelo formando agregados estables que frenan la erosión
  • Aumentar la superficie de absorción de la raíz, aumentando su capacidad de captación de nutrientes y agua
  • Mayor tolerancia a estrés hídrico, salino y por patógenos
  • Incremento de la supervivencia al trasplante
  • Estimulación de la producción de metabolitos secundarios relacionados con las defensas

¿Pueden eliminarse con los tratamientos químicos fitosanitarios?
No todas las materias activas fungicidas son perjudiciales, aunque existen muchas que, al eliminar al patógeno del sistema, eliminan los organismos competidores de carácter beneficioso. Consultar con el servicio técnico para conocer las materias activas compatibles.

En esta línea, Bioera orienta su investigación en nuevas formas de aplicación de micorrizas al sistema suelo/planta, así como en la caracterización e incorporación de sustancias y microorganismos afines (nuevos aislados de hongos micorrícicos y rizobacterias).

La palabra PGPR, en inglés, Plant Growth Promoting Rhizobacteria, se utiliza mundialmente para definir un tipo de bacterias de la rizosfera que promueve el crecimiento de las plantas.

¿Qué plantas se benefician con la acción de estos microorganismos?
Todas las plantas que crezcan en suelos donde existan o donde se hayan inoculado de forma artificial las rizobacterias, son susceptibles de beneficiarse de su acción.

¿Por qué son importantes para las plantas y el suelo?

  • Producen reguladores del crecimiento vegetal (fitohormonas, vitaminas del complejo B)
  • Fijan Nitrógeno atmosférico.
  • Solubilizan Fósforo mediante la estimulación de la actividad fosfatasa y de los ácidos orgánicos.
  • Desbloquean nutrientes en el suelo, aumentando su disponibilidad.
  • Producen metabolitos que aportan protección a la planta.
  • Estimulan la actividad microbiana general de la rizosfera y ayudan al reequilibrio y enriquecimiento de la fertilidad biológica del suelo.

Bioera tiene implementados una serie de programas de investigación en la búsqueda de soluciones microbianas integrales para resolver desequilibrios nutricionales y promover el crecimiento y las defensas endógenas de las plantas. Trabajamos también en la caracterización e incorporación de sustancias y microorganismos afines (nuevas especies microbianas y hongos formadores de micorriza).

Numerosas especies vegetales poseen un amplio potencial bioquímico que se debe valorar por medio de la investigación.

Con la formulación de extractos botánicos específicos se aportan sustancias bioestimulantes que pueden llegar a inducir o potenciar determinados procesos vegetales e incluso el aumento de la producción y protección de los cultivos.

Bioera cuenta con varios proyectos de investigación abiertos para el desarrollo de nuevos productos y combinaciones de compuestos orgánicos y extractos vegetales.

MICROBIANOS

Todos los productos de Bioera que contienen hongos micorrícicos arbusculares incorporan bacterias para potenciar la inoculación de las raíces y garantizar una alta tasa de micorrización. Estos dos tipos de microorganismos no compiten entre ellos y muestran un efecto sinérgico cuando se aplican conjuntamente.

El 95% de los cultivos hortofrutícolas se benefician del uso de micorrizas arbusculares. Hay algunas familias como las Brassicaceae (brócoli, nabo, colza o rúcula) o algunas malas hierbas que no se micorrizan. También una familia de plantas, las Ericaceae, como es el caso del arándano o el brezo, que se asocian con otro tipo de micorrizas, las ericoides.

El caso de las bacterias es diferente al de las micorrizas, y se pueden aplicar en todos los cultivos. No tienen especificidad por cultivos.

Efectivamente. Son ecológicos y no incorporan organismos modificados genéticamente. La mayoría de los productos de la Gama Microbianos están certificados para su uso en agricultura ecológica. Algunos también tienen certificación para su uso en agricultura biodinámica.

Ha habido una reclasificación taxonómica y han cambiado los nombres. Antes se clasificaban las especies por la forma de sus esporas, y en la actualidad se hace mediante pruebas moleculares. A modo de ejemplo, el famoso Glomus intraradices actualmente se denomina Rhizophagus irregularis.

Algunas materias activas con actividad fungicida, sobre todo aplicadas directamente al suelo, pueden modificar la actividad de la micorriza. En Bioera tenemos tablas de compatibilidad que pueden consultarse. También podrían inhibir la actividad de la micorriza concentraciones muy elevadas de fósforo en el suelo.

Así es. La micorriza crea un entramado de hifas, unas “raicillas fúngicas”, que absorben agua y nutrientes y se los proporciona a la raíz de la planta. Por cada 1 centímetro de raíz podemos llegar tener hasta 30 metros de hifas. Esto permite extraer agua y nutrientes de poros del suelo a los que las raíces no pueden llegar, produciendo un aporte extra de agua.

Algunas bacterias PGP compiten por el espacio y los nutrientes con muchos hongos fitopatógenos, lo que confiere una protección contra enfermedades fúngicas. La micorriza también nos ayuda, al actuar de barrera y cubrir gran parte de la superficie de la raíz, y también al compensar la pérdida de raíces con una superficie extra de absorción.

Los hongos micorrícicos aumentan la superficie de absorción, aumentado el volumen de suelo explorado por la planta. Por otro lado, las bacterias tienen la capacidad de solubilizar P inorgánico, movilizar K, quelar Fe, fijar N atmosférico, etc. Con lo que ponen a disponibilidad de la planta más nutrientes. El uso conjunto de micorrizas y bacterias PGP es una herramienta muy útil para reducir el aporte de fertilizantes.

Se pueden aplicar productos de la Gama Bioradis. Se trata de productos que contienen micorrizas arbusculares, y que confieren a los cultivos mayor tolerancia a la toxicidad por metales pesados, mediante mecanismos como la fito-estabilización (inmovilización de los metales pesados en la micorrizosfera) o fito-extracción (acumulación de los metales en hojas).

Desde 2017, la Ley Española de Fertilizantes (RD 999/20217 que modifica al RD 506/2013) incluye a los productos con microorganismos. Por lo tanto, se pueden utilizar igual que un fertilizante tradicional. En la mayoría de países europeos, existe un reconocimiento mutuo de la Ley Española de Fertilizantes, permitiéndose su venta.

Se trata de dos tecnologías de reproducción diferentes. La tecnología que ha elegido Bioera es in vivo. Esta permite reproducir un mayor número de especies de micorriza, de una forma más natural, al hacerse en campo y no en laboratorio o Biorreactores, con una mayor vida útil del producto, y sobre todo, proporciona un producto que tiene mayores garantías de éxito en el cultivo final, al ser productos más infectivos, más resistentes y con mayor capacidad de colonizar raíces nuevas.

La forma más sencilla de micorrizar es en el inicio de vida de una planta, es decir: al germinar o en el momento de trasplante. Las micorrizas colonizan raíces nuevas y pelos radiculares absorbentes. Cuando una planta es joven suele ser más fácil llegar a estos con la micorriza. En una planta adulta se debe hacer en un momento fenológico en el que la planta esté emitiendo nuevas raíces, para llegar a estas, ya que serán las más susceptibles a micorrizarse.

Cuando se aplican bacterias, estas tienen efecto inmediato, en 2 horas han hecho gran parte de su trabajo. Se adaptan, colonizan y se multiplican de forma rápida. En cambio, la asociación micorrícica requiere de unos días. En plantas herbáceas esta asociación es más rápida, y puede tardar alrededor de 10 a 20 días, y en especies leñosas, de 30 a 60 días.

Por un lado, proporciona una gran adaptabilidad. En algunos cultivos o ambientes una especie puede desarrollarse con más facilidad que otra, con lo que incrementamos las probabilidades de éxito. Por ejemplo, en suelos con diferente pH o nivel de materia orgánica. Y por otro lado, cada especie puede tener funciones distintas. Esto sobre todo ocurre en las bacterias, lo que nos proporciona productos con diversas funciones beneficiosas, como pueden ser estimulación, protección, solubilización de nutrientes y tolerancia a estrés hídrico.

Una buena manera de cuantificar la concentración de micorriza es mediante el contenido de esporas, que son las “semillas” del hongo micorrícico. Para las bacterias, se hace mediante unidades formadoras de colonias (ufc), que son las unidades viables o propágulos capaces de formar una colonia.

La espora es un tipo de propágulo. Otros tipos de propágulos son el micelio, raíces infectadas con micorriza o vesículas. En términos medios, se puede considerar que 1/3 parte de los propágulos de un inóculo micorrícico son esporas. Por lo tanto, un producto con 200 propágulos/g contiene alrededor de 65 esporas/g.

Las esporas son estructuras de resistencia que forma el hongo para garantizar su propagación, o sea, es un tipo de propágulo muy resistente al calor y humedad baja. Esto no sucede con el micelio por ejemplo, que tiene una vida útil muy corta. Por lo tanto, una medición en esporas, nos garantiza una concentración de inóculo que va a ser viable durante un largo periodo de tiempo.

En Bioera la riqueza de un producto a base de micorriza la medimos en esporas/g. La dosis depende del volumen de las raíces y del método de aplicación. Por norma general se aplican de 200 a 1000 esporas/planta, en función del volumen de raíces y la eficiencia de la aplicación.

La vida útil de un producto microbiano bien conservado es de 3 a 5 años. Según la normativa de cada país, en el etiquetado puede aparecer una fecha de caducidad de 1 a 2 años desde el envasado del producto.

ANTICARENCIALES

Los micronutrientes son los nutrientes que las plantas requieren en menores cantidades, pero esto no significa que sean menos importantes. Llevan a cabo funciones trascendentales para el crecimiento, y cualquier deficiencia sin duda ocasiona una pérdida de productividad. Los principales son el hierro, manganeso, boro, cobre, zinc y molibdeno.

Los nutrientes complejados se absorben por la planta de manera más rápida, al estar disponibles de forma inmediata. Esta disponibilidad se manifiesta especialmente en aplicaciones foliares. Cuando se aplica vía riego un nutriente complejado, es conveniente fraccionar las aplicaciones, o realizarlas en momentos fenológicos con altas tasas de extracción del nutriente en cuestión (ej. el calcio en fase de cuajado), con el fin de evitar pérdidas. Un nutriente quelatado es más estable en el suelo a largo plazo, pero su absorción es más difícil.

Los aminoácidos tienen una rápida absorción, translocación y metabolización, por lo que al aplicar conjuntamente con micronutrientes facilitan su absorción.

BIOESTIMULANTES

Un bioestimulante es una sustancia de origen natural que mejora la eficiencia en el uso de nutrientes, proporciona a la planta mayor tolerancia a estrés o aumenta la cantidad y calidad de las cosechas. Ejemplos de bioestimulantes son los extractos de algas marinas, los aminoácidos y los microorganismos promotores del crecimiento (PGP).

Un aminograma es una representación esquemática de la composición de aminoácidos de un fertilizante. Cada aminoácido provoca una respuesta diferente en las plantas. A modo de ejemplo, el Ácido Glutámico, produce una mejora en la brotación y formación de hojas, floración y cuajado. Por otro lado, la Arginina tiene actividad enraizante e inductora de la fitohormona auxina. Y así, sucesivamente.

El ácido algínico es un polisacárido estructural presente de forma natural en las paredes celulares de las algas pardas, siendo un parámetro de calidad de un producto a base de algas.

BIOACTIVADORES

El Reglamento Europeo de Productos Fitosanitarios, engloba en la categoría de Sustancias Básicas, a sustancias con propiedades fitosanitarias que se han venido utilizando tradicionalmente en agricultura, y que se encuentran disponibles en el mercado con otros usos principales, como puede ser el alimenticio.

Extractos de cola de caballo, lecitina de soja, ortiga o quitosano, con efectos fungicidas, insecticidas o elicitores de defensas.

Las sustancias básicas que trabajamos en Bioera, a las dosis recomendadas son respetuosas con el medio ambiente, fauna auxiliar, y no producen fitotoxicidades. Esto hace que puedan utilizarse en presencia de polinizadores o depredadores naturales, y también que puedan mezclarse con otros productos o fertilizantes sin riesgo de toxicidades para las plantas.

COMPLEJOS ORGÁNICOS Y EXTRACTOS HÚMICOS

El aporte de materia orgánica tiene múltiples beneficios. Un suelo rico en materia orgánica tiene mayor capacidad para subministrar nutrientes a las plantas, tiene más capacidad para retener agua y facilita la vida de microorganismos de suelo beneficiosos.

Muchos microorganismos beneficiosos necesitan el carbono presente en la materia orgánica para vivir y reproducirse. Un suelo rico en materia orgánica, o el aporte de fuentes de C junto a la aplicación de microorganismos, facilita su instalación y permite que vivan más tiempo en el suelo.

El extracto húmico total es la suma de ácidos húmicos y ácidos fúlvicos. Los ácidos húmicos tienen mayor peso molecular que los fúlvicos, mayor capacidad de intercambio catiónico y mayor capacidad de retención de agua. Por otro lado, los ácidos húmicos tienen una acción más lenta pero más duradera sobre la estructura del suelo y sobre la planta, mientras que los ácidos fúlvicos tienen una acción más rápida sobre la planta pero menos persistente.

FERTILIZANTES COMPLEMENTARIOS

El gluconato de cobre se forma por la combinación del cobre con ácido glucónico, lo que provoca que se asimile más fácilmente y sea una forma efectiva de administrar este mineral. Se puede utilizar como corrector de carencia de cobre o como medida de sanitización, ya que al incorporar cobre al metabolismo del vegetal se reducen enfermedades fúngicas y bacterianas.

Los Ácidos Carboxílicos incrementan notablemente los nutrientes absorbidos y la presión osmótica de la planta, aumentando el flujo de agua y el transporte de nutrientes. Un nutriente complejado con ácidos carboxílicos se absorbe de manera más rápida, sobre todo en aplicaciones foliares.

La nutrición foliar ofrece varias ventajas ya que aporta nutrientes directamente al follaje, prescindiendo del suelo, por lo que actúa mucho más rápido y evita pérdidas de nutrientes por lixiviación o inmovilización en el suelo. Por lo tanto, la nutrición foliar permite corregir o prevenir deficiencias nutricionales de manera rápida. Sin embargo, las cantidades que una planta puede tomar vía foliar son menores que vía radicular, corriendo el riesgo de aplicar una dosis demasiado pequeña que no logre la corrección de la deficiencia, o de una sobre dosis que pueda quemar las hojas e impactar en la producción. Por norma general las plantas deben fertilizarse vía radicular, y utilizar la nutrición foliar para corregir carencias o aplicar un suplemento de nutrientes en un momento fenológico concreto, en el que haya alta demanda.